El aval hipotecario es una garantía adicional que pide el banco y sirve para incrementar la solvencia del futuro titular de una hipoteca, de manera que pueda cumplir con todos los requisitos exigidos para la concesión del préstamo hipotecario. A continuación, explicamos en qué consiste un aval hipotecario y los límites que tiene.
¿Qué es un aval hipotecario?
Un aval hipotecario es una garantía adicional que una persona (el avalista) ofrece al banco para respaldar el cumplimiento de las obligaciones de un
Este tipo de aval se utiliza para reforzar la seguridad del préstamo ante la entidad financiera, especialmente cuando el solicitante no cumple todos los requisitos habituales de solvencia o estabilidad económica. El avalista suele ser un familiar cercano con buena situación financiera, que se compromete a responder con su propio patrimonio si fuera necesario.
¿Cuándo es necesario un aval hipotecario?
Habitualmente, el banco exige un aval hipotecario cuando la persona que solicita la hipoteca no tiene la solvencia financiera suficiente para hacer frente a la devolución del préstamo. Entre los motivos más frecuentes para solicitar un aval hipotecario se encuentran:
- No disponer del ahorro previo suficiente para cubrir los gastos que no financia la hipoteca (es recomendable, al comprar una vivienda, contar con un 20% de ahorro previo sobre el precio de adquisición más alrededor de otro 15% para los gastos asociados).
- No disponer de unos ingresos estables o suficientes.
- Contar con un alto nivel de endeudamiento. Hay que tener en cuenta que el Banco de España recomienda no destinar más del 35% de los ingresos netos mensuales al pago de deudas.
Además, es habitual que el banco pida un aval hipotecario en las
En cualquier caso, antes de contratar una hipoteca, puede ser una buena idea utilizar un
¿Quién puede ser avalista en una hipoteca?
La principal condición para que una persona pueda convertirse en avalista de una hipoteca es que disponga de la solvencia económica suficiente para poder avalar al hipotecado. También es recomendable que cumpla con otros requisitos, como por ejemplo:
- Ser mayor de edad.
- Contar con ingresos estables y suficientes para pagar las cuotas de la hipoteca.
- No tener deudas o, si las tiene, que no superen el 35% de sus ingresos.
- No estar en ningún fichero de morosos.
- Disponer de bienes en propiedad libres de cargas que sirvan como garantía extra para el banco.
¿Qué riesgos tiene ser avalista?
Ser avalista de una hipoteca implica algunos riesgos como poder llegar a comprometer su patrimonio o tener dificultades para obtener nuevos créditos. Es decir, convertirse en avalista hipotecario implica poder llegar a asumir la deuda del préstamo de forma solidaria, con sus bienes presentes y futuros, en el caso de que el hipotecado no pueda pagar la deuda.
Durante todo el tiempo de vida de la hipoteca el avalista está ligado al titular, incluso en el caso de fallecimiento. Esto es así porque, en este supuesto, sus herederos asumirían entonces el aval y la obligación potencial de tener que responder por las deudas del hipotecado.
Además, cualquier aval hipotecario queda registrado en el Centro de Información de Riesgos del Banco de España (
Con carácter general, antes de que el banco reclame la deuda a un avalista, es necesario demostrar que el titular de la hipoteca no tiene capacidad real para pagar las cuotas pendientes. Solo si se logra demostrar que no será posible saldar la deuda, entonces se podrá disponer de la nómina o la pensión del avalista hasta el mínimo inembargable, incluyendo el saldo de sus inversiones o de los inmuebles que tuviera en propiedad.
¿Qué límites tiene un aval hipotecario?
Existen unos límites al aval hipotecario, principalmente en el caso de que el avalista hipotecario tampoco pudiera llegar a hacer frente a la deuda. Además, también es posible fijar límites al aval para evitar que el avalista pudiera llegar a perder todo su patrimonio por las deudas del hipotecado:
- Límite sobre un porcentaje de la hipoteca. Sólo será posible embargar los bienes del avalista hasta alcanzar una cierta cantidad de la deuda.
- Límite temporal. Se establece una fecha límite en el aval hipotecario y, a partir de ese momento, el avalista quedará liberado de su responsabilidad.
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