Un préstamo para estudios es un producto financiero que ayuda a financiar la educación, por ejemplo, para poder completar el pago de un grado universitario, de un máster o el anticipo de una beca. A continuación, te explicamos en detalle cómo solicitar un préstamo para estudios.
¿Qué ventajas ofrecen los préstamos para estudios?
Aunque existe una amplia variedad de préstamos para estudios según el destino de la financiación (curso universitario, máster, doctorado, estudiar en el extranjero,...) la mayoría de ellos suele compartir una serie de ventajas, entre las que cabe destacar:
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Menores requisitos. Habitualmente, el banco pide al solicitante de un préstamo para estudios menos requisitos que en el caso de otros préstamos personales, por ejemplo, en cuanto a la contratación de productos vinculados.
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Tipo de interés más bajo. Es frecuente que el tipo de interés sea menor que en otros préstamos personales.
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Mayor plazo. Suele ser habitual que el plazo de devolución de un préstamo para estudiar sea más elevado que en relación con otros productos de financiación. Incluso es posible que el banco facilite un periodo de carencia inicial.
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Avalista y/o cotitulares. En ocasiones, si la situación económica del solicitante no permite garantizar el pago de las cuotas, es posible incluir a avalistas o cotitulares que permitan incrementar la solvencia como, por ejemplo, sus padres. Por regla general, el pago de las cuotas de un préstamo no debe superar el 35% de los ingresos mensuales de la persona que lo solicita.
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¿Cuáles son los requisitos para obtener un préstamo para estudios?
A pesar de que los préstamos para estudios están dirigidos especialmente a personas jóvenes y están adaptados a su situación y necesidades particulares, es necesario cumplir con una serie de requisitos, entre ellos:
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Ser mayor de edad. En ocasiones, también se limita el acceso a los préstamos para estudios a las personas que superen una determinada edad como, por ejemplo, los 30 años.
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Residir en España.
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Presentar un documento que acredite que se utilizará el dinero para el ámbito formativo como, por ejemplo, el justificante de la matrícula del programa que se cursará.
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Disponer de unos ingresos regulares suficientes para el abono de las cuotas del préstamo.
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Gozar de un historial crediticio limpio y no aparecer en ningún fichero de impagos.
Al igual que ocurre con otros préstamos personales, antes de aprobar la operación el banco analiza la solvencia del solicitante para evaluar su capacidad de pago. En este análisis se valoran diferentes elementos como los ingresos, las deudas pendientes, los saldos de las tarjetas y el patrimonio personal.
¿Cómo funcionan los préstamos para estudios?
Un préstamo para estudios funciona igual que el resto de préstamos personales que existen. Después de haberse aprobado su concesión, el titular recibirá el dinero en su cuenta bancaria y, a partir de ese momento, irá abonando al banco una cantidad fija de dinero al banco, que se llama cuota, con una periodicidad que, habitualmente, es mensual.
En cada cuota, además de una parte del dinero que el banco ha prestado al titular del préstamo, está incluido el tipo de interés según las condiciones pactadas entre ambas partes. Este tipo de interés se puede analizar a través de dos elementos:
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TIN (Tipo de Interés Nominal). Solo tiene en cuenta el tipo de interés.
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TAE (Tasa Anual Equivalente). Además del TIN, incluye las comisiones y el resto de gastos asociados al préstamo.
¿Cuál es la cuantía máxima que ofrece un préstamo para estudios?
La cuantía máxima de un préstamo depende siempre de la capacidad de endeudamiento del solicitante que, de acuerdo con el Banco de España, es el 35% de sus ingresos netos mensuales. En el caso de un préstamo para estudios, ese porcentaje podría elevarse si se introduce algún avalista o cotitular que aporte mayor solvencia a la operación.
En cualquier caso, por regla general el volumen de financiación que concede un banco es personalizado y depende del perfil de cada cliente.
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